Hubo un tiempo en el que pensaba que los entrenadores no eran fundamentales en el devenir de un club, pero estaba muy equivocado. Totalmente. Hoy, el Barça es Rijkaard, el Madrid es Capello y el Atlético es Aguirre, el vasco. Un tipo genial. Afable, buen conversador y muy inteligente. Sabe hacerse respetar desde el discurso y se aleja del bocinazo en el tímpano. Es por ello que estoy convencido de que el Atlético de Madrid ha acertado, por fin, en la contratación de un entrenador. Es el jefe y sus pupilos lo saben, lo palpan. Se acabaron los tiempos de los Pastoriza y compañía. Es tiempo de Aguirre, es tiempo de cambios.

Y es que el mejicano sabe lo quiere y, lo más importante, sabe transmitirlo a sus jugadores. En Osasuna hizo historia con tipos como Webó, Raúl García o Milosevic. En el club rojiblanco cuenta con mimbres de primera, algunos ya estaban y la mayoría han llegado este verano. La pareja Agüero-Torres huele bien, con Kezman y Mista apretando por detrás. Falta un mediocentro ofensivo, ni más ni menos que Maniche, un todoterreno que otorgaría al equipo de Cerezo la categoría de candidato al título de Liga. Este once lo merece: Leo Franco; Seitaridis, Pablo, Perea, A. López; Maxi, Costinha, ¿Maniche?, Petrov; Torres y Agüero. A poco que tipos como Petrov y Maxi se entonen, este equipo es de lo mejorcito que hay en España. Y todo ello aderezado con el sabor especial de un vasco llamado Javier Aguirre.

Preguntas impertinentes

¿Este Atleti es candidato a la Liga?
¿Dejára Petrov de imitar a Stoichkov?
¿Torres dará el salto definitivo?


Foto: elpais.es